Capítulo 10: 'No quiero que malgastes tu vida con un muerto de hambre'
Después de cantar, David se bajó del escenario y fue hacia Daniela, y otra chica.
-Daniela -le dijo- ¿Podemos hablar a solas, por favor?
Daniela asintió y se levantó. Se alisó el vestido y fue con David, que la condujo fuera de la casa.
-Siento haberte dejado ir -se disculpó el chico- No quiero que malgastes tu vida con un muerto de hambre.
-¿Me quieres? -preguntó ella.
-Muchísimo -confesó el chico.
-Me da igual malgastar mi vida contigo, si eres a la persona a la que amo. -respondió Daniela.
-Desde que me tiraste la bebida encima, en la discoteca, supe que no conseguiría olvidarme de ti. -dijo él.
-¿Quién iba a pensar que los cubatas serían tan útiles? -sonrió ella.
-Yo no, desde luego. -dijo él, sonriendo.
Daniela bostezó. Tenía sueño. La noche anterior no había podido pegar ojo, estaba pensando en David.
-¿Nos vamos a casa? -preguntó él.
-Sí, porque tengo un sueño...
David rió y le pasó un brazo a Daniela por la cintura. Ella apoyó la cabeza en su hombro. Daniela notaba cómo se le cerraban los ojos mientras caminaba. Dudaba que pudiera aguantar mucho más, así que David la cogió en brazos hasta llegar al portal de casa de este.
-¿Quieres que te acompañe a tu casa? -preguntó él.
-No, me iré yo sola. Gracias -respondió ella.
A David no le convencía que Daniela se fuera sola, no tan tarde. Podría pasarle cualquier cosa. Además, David estaba seguro de que había bebido, porque olía un poco a alcohol. Ni de broma la dejaría sola.
-Tengo que recoger mi neceser con el maquillaje -dijo ella- Lo tengo en tu casa.
-Ah, vale, vamos. -David cogió la mano de ella y subieron juntos hasta su piso.
En la habitación del chico, Daniela se retocó el maquillaje para que no se notara que había llorado. Mientras, detrás suya, David se quitaba la camisa que había llevado esa noche. Daniela volvió a espiarlo, y sus miradas se encontraron. Daniela se incorporó, se giró y miró a David. Él le sonreía, y ella a él. David se acercó y la beso en los labios, mientras le apartaba un mechón de su cara.
Él era muy lanzado, mientras que Daniela sólo lo era si estaba segura. Le costó lanzarse para darle el primer beso a un chico. Pero eso había cambiado, ahora estaba segurísima al cien por cien de que quería a David.
El chico bajó hasta su cuello, mientras lo besaba.
-Si quieres que pare, dímelo -susurró él.
-No -dijo como pudo. Estaba esclavizada por sus besos. Le encantaban.
-Te amo -susurró él.
-Hay un problema -dijo Daniela- Yo no...
-Shhh -susurró- Vale, tranquila, no te preocupes -le dijo.
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