lunes, 30 de diciembre de 2013

Capítulo 12: '¿Me regalas una sonrisa?

Hola. Siento que sea tan cortito, pero es que estoy malita, y no hay ánimos, lo siento. No sé si mañana podré publicar otro o no, pero quería desearos un feliz año nuevo, y agradeceros a las que habéis leído en algún momento alguna de mis novelas. Os quiero, princesitas, no lo olvidéis.

Capítulo 12: '¿Me regalas una sonrisa?'

David abrió los ojos, y se encontró a Daniela tumbada a su lado. Tenía la cabeza apoyada sobre su torso desnudo, y su mano estaba entrelazada con la de él. Le encantaba la expresión de su cara cuando dormía. Lo amaba todo de ella. Con la mano que cubría la espalda de ella, cogió un mechón y se lo puso detrás de la oreja. Daniela era morena, como le gustaban, las prefería con el pelo rizado, pero Daniela era una excepción. Él la amaba así, y no se hable más. Daniela comenzó a temblar, y poco después a sollozar. David la observaba preocupado, estaba llorando en sueños. Debía despertarla con una voz delicada.
-Eh, Daniela -dijo sacudiéndole el hombro con delicadeza- Daniela, despierta.
Daniela abrió sus ojos marrones, que se encontraron con los de David.
-¿Estás bien? -preguntó él.- Estabas llorando. ¿Has tenido una pesadilla?
-Sí -dijo Daniela secándose las lágrimas- Lo siento.
David la abrazó contra su pecho.
-Ya está. No llores, ¿vale? -dijo él- ¿Me regalas una sonrisa? -preguntó. Daniela sonrió al oír este comentario.- Te quiero -dijo dándole un beso en los labios.
-Y yo a ti -dijo ella.
-Voy a darme una ducha, ¿vale? Ahora vengo.
-Vale. -sonrió ella.
David cogió una toalla y se fue al baño. Daniela pensó que debía hacerle algo especial a su, ahora, novio. Se levantó, se puso la camisa blanca que David llevó anoche, hizo la cama, y fue hacia la cocina. Allí, le preparó un desayuno. Pensó en unas tostadas con mantequilla, pero también encontró mermelada de fresa, así que la añadió.


David salió de la ducha y fue a su habitación. Daniela no estaba. Pensó que ya se habría marchado,
aunque luego vio su vestido, y se relajó. Llegó a la cocina, y se la encontró con su camisa de anoche preparando el desayuno. No se pudo resistir a agarrarle la cintura por detrás y darle un beso en el cuello.
-¿Qué haces? -preguntó él con delicadeza.
-Tu desayuno -sonrió ella.
-¿Mi desayuno? -preguntó David, sorprendido- ¿Y qué me has preparado?
-Tostadas con mantequilla y mermelada -sonrió ella, cogiendo una que ya estaba lista para comer y ofreciéndosela- ¿Quieres?
-Si me la das tú, sí -sonrió dándole un bocado.- Mmm. Está muy buena. -dijo- Eres una buena cocinera -sonrió.
-Gracias -dijo ella.
De pronto, recordó lo de anoche, cuando él y otros chicos cantaron una canción.
-Dime una cosa -comenzó ella- ¿Conocías de algo a los chicos con los que cantaste anoche?
-No. Bueno, un poco, pero no mucho. ¿Por qué?
-Cantásteis muy bien -dijo ella sonriendo.
-Hemos formado un grupo, ¿sabes?
-¿Ya? -preguntó sorprendida- ¿Tan pronto?
-Sí. Tenemos que buscar un nombre, pero...
-Me alegro por ti -le interrumpió ella.
-Oye, ¿y a ti, qué te gustaría ser? -preguntó él.
-No sé. -respondió encogiéndose de hombros- Me gustaría ser bailarina o modelo, pero para pasar hambre como que no.

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