jueves, 26 de diciembre de 2013
Capítulo 6: Entonces, ¿qué es?
Capítulo 6: Entonces, ¿qué es?
-Hola princesa. Mira lo que te he traído -saludó su chico. Ella no se despertaba, por lo que la zarandeó un poco más- Vanessa, despierta.
Ella abrió los ojos, vio a su chico y le sonrió.
-Buenos días.
-Mira, te he traído el desayuno -dijo él.- ¿Quieres que te lo dé yo?
Vanessa sonrió. Le alegraba que Fernando la despertara así algunas mañanas. En cambio, odiaba cuando la despertaba para usarla, solamente. Sin embargo, eso ya había cambiado. Se lo prometió anoche. Ya no volvería a abusar de ella nunca más.
Fernando cogió una tostada de mantequilla con mermelada, y se la ofreció a Vanessa. Ella le dio un pequeño mordisco y sonrió. La verdad era que estaba bastante buena. La mermelada le daba un toque muy dulce.
Vanessa terminó de comerse el desayuno, siendo observada por Fernando.
-¿Tú ya has desayunado? -preguntó ella.
-No. -negó él.
-¿Qué quieres comer? -preguntó ella amablemente- Te lo puedo preparar yo, si quieres. Unas tostadas...
-Te quiero a ti, Vanessa -dijo él besándola apasionadamente.
Ella se intentó apartar, pero él la agarró fuertemente de la muñeca.
-Déjame, Fernando, que no quiero.
-¿Por qué? -preguntó él con rabia.- ¿Has encontrado a otro, verdad?
-No, no es eso. -dijo ella agachando la cabeza.- Es que...
-¡Eres una zorra de mierda! -exclamó él, sin dejarle tiempo para explicarse.
-¡Fernando, que no es eso! -exclamó ella.
-¿Entonces, qué es?
Vanessa no dijo nada, se quedó en silencio.
-Sabía que era eso, ¡eres una guarra! -dijo dándole un puñetazo en la cara.
Vanessa levantó la mirada, y notó cómo, de su boca, salía un hilo de sangre.
-Lo- lo siento -dijo él sin suavizar la mirada.
-Vete de aquí, Fernando. -dijo ella.
-Lo siento, Vanessa, yo... -comenzó a explicarse.
-¡Vete! -gritó ella con rabia.
El chico cogió sus cosas, se vistió, y se fue de casa de Vanessa.
Ella se tumbó en la cama, boca abajo, y se puso a llorar.
Vanessa llevaba así una media hora, cuando su teléfono sonó. Era Sara.
-Hola -saludó Vanessa intentando disimular la voz.
-¡Hola, Vane! -saludó Sara muy feliz- ¿Puedes hablar?
A Sara le incomodaba que Fernando estuviera escuchando de lo que hablaban, aunque no lo hicieran sobre él.
-Sí, estoy sola en casa. ¿Qué quieres?
-Pasado mañana hay una fiesta. Te vienes, ¿verdad?
-¿Una fiesta? ¿Dónde?
-En casa del amigo de un amigo de Daniela. Lo conoció la otra noche en una discoteca, cuando no pude ir.
-¿No fuiste? ¿Por qué?
-Porque tenía exámenes -respondió ella.- ¿Y tú, por qué no fuiste?
-Fernando no quería que fuera. -respondió- No le pareció bien.
-Pues a mí no me parece bien que él decida por ti, Vane. -dijo ella, amablemente.
-Es mi novio, debo hacerle caso. -dijo ella- Si no, lo perderé.
-¿Qué perderás? -preguntó ella- ¿A un chico que te controla y te pega? Yo no sé tú, pero yo estaría encantada de perderle para siempre.
-Sara...
-Sí, sí, lo entiendo. Es tu vida y no la mía, pero deberías hacerme caso. -dijo ella- ¿Entonces, qué? ¿Te vienes?
Vanessa lo pensó unos segundos.
-Venga, vale -sonrió.- Mándame la dirección por un mensaje, ¿eh?
-Vale -respondió Sara. Le alegraba que Vanessa hubiera aceptado sin tener que preguntarle al estúpido de Fernando.- Hasta ahora.
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