sábado, 4 de enero de 2014

Capítulo 17: '¿Os conocéis?'

Capítulo 17: '¿Os conocéis?'

-No me gusta que hayas hecho pellas, David -dijo Daniela después de besarle.
-No eran pellas, hoy tenía descanso -se defendió.
-Como no sea verdad...
-¿Qué me vas a hacer, eh? -preguntó él, divertido.
Daniela pensó lo que más le dolería a su chico. Si de verdad la quiere, lo que más le dolería sería perder los besos de ella, ¿no?
-Pues no te vuelvo a besar -dijo ella.
-Me conformo con tus caricias -respondió él.
-Pues no te acaricio más.
-Me conformo conque me roces.
-Pues no te rozo. -dijo ella, sonriendo.
-Me conformo con que me sonrías.
-Pues no te sonrío.
-Me conformo con que me mires.
-Pues no te miro -negó ella.
-Me conformo con verte feliz.
-Pues... no seré feliz.
-Pues no podré seguir viviendo -dijo al fin.
-Pues si tú no vives, yo tampoco -susurró ella, con voz quebradiza. El juego se estaba convirtiendo en algo serio.- Te quiero.
-Yo más.
-No, yo más -dijo ella.
-¿Segura? -preguntó él.
-Sí.
-Pues va a ser que no.
-¿Y eso?
-Porque...
En ese instante, el teléfono de Daniela sonó. Vio que era su amiga, Sara.
-Lo siento, lo tengo que coger -dijo ella.
-No importa -sonrió él.
Daniela descolgó y se alejó de David.
-¿Sí? -preguntó.
-¿Daniela? Soy Sara.
-Ah, hola Sara. ¿Qué tal en casa de Vanessa? Siento no haber podido ir...
-Necesito que vengas -la interrumpe.- Fernando la ha vuelto a liar, Vanessa está en el suelo llorando. Necesito que vengas.
Daniela se quedó de piedra. No daba crédito a lo que escuchaba.
-¿Qué?
-Necesito que vengas -repitió- Date prisa.
-Enseguida voy. ¿Qué estás, en su casa?
-Sí. Date prisa, por favor. -urgió ella.
-Sí, sí.
Daniela colgó, se acercó a David y le abrazó. Necesitaba un abrazo suyo. Ahora más que nunca.
-Eh, ¿qué pasa?
-Una amiga. Su novio la maltrata, y se han peleado, tengo que ir a su casa. -explicó rápidamente.
-Te acompaño.
-No, David.
-¿Estás loca? -preguntó él- Ese tío anda por ahí suelto. No pienso dejarte ir sola.
Daniela se fijó en los ojos de David, y comprobó que lo decía de verdad.
-Está bien -accedió ella.

Cuando llegaron a casa de su amiga, se encontraron a Sara en la cocina, hablando con un chico. Vanessa estaba tumbada en el sofá del salón con la mirada perdida.
Daniela entró rápidamente, y abrazó a Sara, que se había levantado de la silla, estaba preocupada.
-Le ha pegado -dijo- Estaba hablando con ella, en su habitación, cuando llamaron al timbre. Ella fue a abrir, y apareció Fernando con un ramo de flores pidiéndole perdón por lo que hizo la última vez. Al parecer, en la fiesta se volvieron a pelear. Entonces ella le preparó un cola-cao, y sin querer, le tiró la leche caliente a Fernando, que se quemó. Fue cuando le gritó que era una inútil, le pegó y la tiró al suelo. Entonces, vine y me enfrenté a él. Al final, se ha ido, y Vanessa se ha puesto a llorar -explica rápidamente.- Dios, he pasado mucho miedo -dice abrazándome otra vez.
-No pasa nada. Iré a hablar con ella -dice el chico que estaba sentado en la silla de la cocina.
-Ah, perdona, no os he presentado -dice Sara- Blas, esta es Daniela y David, su novio. David, Daniela, este es Blas. Miré en los contactos del móvil de Vanessa y lo encontré, hablé con él y ha venido.
-Ah, hola Blas, encantada -dijo Daniela dándole dos besos.
David se extrañó al oír el nombre de Blas. No era un nombre común, y su amigo se llamaba así.
-Blas, ¿qué tal? -dijo David cuando lo reconoció.
-Ah, pero, ¿os conocéis? -preguntó Sara, confusa.
-Sí, con él es con el que formé la banda -explica David.
-Ah, vale... -dijo Daniela. El ambiente no estaba para muchas alegrías.
-Bueno... Iré a hablar con ella -dijo Blas, al fin.

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