viernes, 31 de enero de 2014

Capítulo 29: '¿Y esto?'

Capítulo 29: '¿Y esto?'

Vanessa siguió llorando, lloró todo lo que pudo, no le quedaban fuerzas para seguir con esto. Con todo lo que estaba pasando. Fue a la cocina, abrió el cajón y cogió un cuchillo. Se lo puso en la muñeca, con la hoja volcada, la presionó fuertemente, y en ese momento recordó cuando ella y Blas prepararon juntos las lentejas. Recordó cuando ella le gritó, pero pese a todo, él siguió ahí, ayudándola en lo que necesitara. Empezó a presionarlo, pero esta vez, con la hoja en dirección a sus venas. Apretó los dientes y comenzó a llorar, pero de rabia. ¿Iba a dejar, acaso, que un hombre decidiera sobre su vida? Se apartó el cuchillo rápidamente, fue al baño a curarse la herida y sonó el timbre. ¿Quién sería ahora? Fue corriendo a abrir, esta vez lo hizo sin mirar, y se sorprendió al ver a Fernando.
-¿Qué? ¿Ya ha venido el mariconazo ese, no? -dijo él refiriéndose a Blas.- Es un capullo de mierda. Déjame pasar -ordenó.
-No -dijo Vanessa, firme.
-¿Cómo que no? -preguntó él- Señorita, me vas a dejar pasar, o si no, ya sabes lo que pasará.
-Te prohíbo que te acerques a nosotros. -ordenó ella- Quiero que nos dejes en paz.
-Uh, los humitos se te han subido a la cabeza, ¿no? -dijo él- Anda, quita -dijo apartándola bruscamente.
Vanessa no tuvo más remedio que dejarle pasar, él no tardó nada en ver su herida en la muñeca.
-¿Y esto? -preguntó él, quitándole la venda de la mueca y apretándola fuerte.
-Fernando, para, me haces daño -dijo como pudo.
Él sonrió.
-Ah, ¿sí? Parece que ya no eres tan fuerte como antes, ¿eh? -le apretó más la muñeca, y ella soltó un pequeño gemido. Después la empujó muy fuerte y cayó al suelo, dándose un golpe fuerte en la nuca con la pared.
Él acudió a ella, y le levantó la cabeza. Tenía sangre. Fernando se dio cuenta del lío en el que se había metido, y decidió aprovecharlo para asustar a Blas, y que no se acercara a su chica.
Aprovechó la sangre de la muñeca de la chica y escribió en la pared: 'Esto es lo que pasa por tus estúpidos jueguecitos de niño enamorado. Aléjate de ella.' Después, usó el teléfono de Vanessa y llamó a Blas.
-¿Quién es? -preguntó el chico de ojos azules por teléfono.
-Eso no importa. -respondió Fernando, rápidamente- Lo que importa es que estoy en casa de Vanessa, y se ha hecho daño, está sangrando.
-¡¿Qué?! -exclamó él- ¿Quién coño eres y que haces allí?
-Prueba -dijo Fernando.
-Fernando.... ¡Eres un capullo! ¡Cuando te vea, te voy a reventar la cara, cabrón de mierda! -gritó él.
-Tú sigue diciendo eso, mientras, Vanessa está aquí desangrándose...
-¡Gilipollas, llama a una ambulancia! -gritó Blas.
-Lo siento, soy gilipollas, no sé cómo se hace eso... -rió él.
-Fernando, eres un....
Fernando colgó antes de que Blas terminara de decir la frase y salió de casa, dejando tirada en el suelo a Vanessa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario