domingo, 12 de enero de 2014

Capítulo 24: '¿Dani tiene novia?'

Capítulo 24: '¿Dani tiene novia?'

Pasó un año. Todo seguía más o menos igual, excepto porque esos cinco amigos que se conocieron en una fiesta, formaron un grupo. Decidieron llamarse 'Auryn', en honor al amuleto de 'La Historia Interminable', que hacía cumplir todos los deseos que se le pidieran. Se habían hecho muy buenos amigos, y todos se habían mudado a Madrid para vivir más cerca los unos de los otros. Al principio, nada de esto fue así, Carlos y Dani no vivían en Madrid, y siempre intentaban venir, al menos, una vez al mes. Lo mejor era, que cuando venían, cada uno se quedaba en casa de otro, y pasaban muchas horas juntos. Una de esas noches, era ésta.

Terminaron de ensayar, y Daniela, Vanessa y Sara tiraron confeti y aplaudieron para alabarles por el magnífico trabajo que habían hecho.
-Por hoy ya hemos terminado, ¿no? -preguntó Dani, ansioso.- Ya vamos más que sobrados para el casting.
-Anda, sí, vete a por tu novia -dijo Blas.
-¿Dani tiene novia? -preguntó Daniela, sonriendo- ¿Quién es, pillín?
-No es mi novia -dijo alargando la última palabra.- Es una amiga.
-Ya, no es su novia, aún -sonrió pícara Sara.
-No, en serio, no es mi novia. Es mi amiga. -insistió.
Sara, Daniela y Vanessa se miraron.
-Su novia -dijeron a la vez para después reírse.
Dani se sintió un poco molesto.
-Bueno, venga, no es su novia -dijo Carlos- ¿Cómo es?
-Rubia y con ojos azules -cogió su móvil para buscar una foto- Esta es.
-Joder, cómo está la tía -dijo Carlos.- ¿Cómo se llama?
-Elizabeth.
-Pues no veas cómo está Elizabeth.
Sara comenzó a sentirse molesta, y un poco dolida.
-Bueno, creo que me iré -dijo cogiendo su abrigo.
-Espera -le dijo Carlos- ¿No íbamos a ir a comer juntos?
-No -dijo ella-, da igual.
Cogió su bolso, y se fue de casa de Blas, cerrando la puerta bastante fuerte.
-¡Sara, espera! -gritó Carlos cogiendo su chaquetón y poniéndose su gorro.
Salió por la puerta sin despedirse de nosotros. Los demás se quedaron mirándose sin saber qué hacer o decir. Al final, Álvaro rompió el hielo:
-¿Y a estos qué les pasa? -preguntó.
-Pfff. A saber. Cosas de enamorados, supongo -dijo Dani.
David fue junto a Daniela, que estaba en el extremo del sofá.
-Hazme un hueco, anda -pidió él.
-Ay, no tengo ganas -dijo ella tumbándose.
-¿Que no tienes ganas? -preguntó él, divertido.- Te vas a enterar -dijo cogiéndola en brazos, como un saco, y dejándola boca abajo.
Daniela gritaba mientras reía.
-¡David! ¡David, déjame! -dijo ella.
-Ah, no. Ahora, no. -decía él, divertido.
Se sentó en el sofá, y puso a Daniela encima de él.
-Ahora me has despeinado -se quejó ella.
-No importa. -le restó importancia- Estás guapa de todos modos -sonrió.
-No te voy a besar porque me hayas dicho eso tan bonito -protestó ella.
-Jo -dijo él.
-Vanessa, ven -dijo Blas, tendiéndole la mano.
Ella se levantó, y lo siguió hasta la habitación. Allí, Blas rebuscó debajo de la cama un paquete envuelto en papel de regalo.
-Toma -se lo ofreció- Siento no habértelo dado el día de tu cumpleaños, pero es que no pude comprarlo antes.
Vanessa sonrió. No se lo esperaba. Cogió el paquete sonriente y lo desenvolvió.
-¡Una cámara! -exclamó.- ¡Muchas gracias, Blas! -dijo abrazándole.
-Bueno... Sabía que te encantaba la fotografía, y como se te estropeó la otra...
-Gracias, Blas, me ha encantado -dijo dándole otro abrazo más fuerte.- ¿Podemos ir a estrenarla?
-¿Quieres? -preguntó él, Vanessa asintió- Y bien, ¿a dónde podemos ir?
-Mmmmm ¿Qué tal al parque?
-Vale -dijo Blas- Me cambio, y voy hacia el salón, ¿vale?
Vanessa a sintió.
-Te espero -dijo ella.
Ella fue al salón dando pequeños saltitos, con su nueva cámara en la mano. Pese a tener veintiún años recién cumplidos, aparentaba diecisiete o dieciocho, tanto por su forma de ser como por su apariencia. Blas sonrió. Le encantaba verla feliz y sonriente. Ya casi se había olvidado de Fernando, aunque algunas noches se despertaba asustada y llorando. Vanessa le llamaba por teléfono, y depende de lo que había soñado, él iba a dormir con ella o se limitaba a consolarla por teléfono. Eso alivió a Blas, ya que hace una o dos semanas comenzó a sentir algo más que amistad por ella, pero se lo apartó de la mente. Dicen que si te gusta una persona, y te gusta más de tres meses, es que estás enamorado de ella. Así que, según esta teoría, Blas tendría que esperar unos tres meses, pero lo hace tranquilo, sin prisas, todavía es joven.
Blas se cambió de ropa. Se puso una camisa blanca, un jersey rojo, unos vaqueros y el abrigo negro que le regaló Vanessa por su cumpleaños. Habían conseguido ser muy buenos amigos, y aunque no pudieran llegar a ser nada más, Blas estaba tranquilo. Llegó al salón, y vio a Álvaro, a Dani y a Vanessa hablando y comentando algo de la cámara fotográfica, y a Daniela y a David tonteando y dándose besos. David le contó cómo se conocieron: en una discoteca. David sonreía constantemente cada vez que alguno la nombraba o decía algo relacionado con ella. Sintió envidia de los dos. De cómo habían conseguido ser tanto en tan poco tiempo, y de la manera que se conocieron. ¡En una discoteca! Y porque ella derramó su bebida y estaba borracha, si no...
-Bueno, esto... -comenzó Blas- Me parece que habrá que desalojar esto, porque Vanessa y yo vamos a ir a estrenar la cámara de fotos.
-Ah, ¿sí? -preguntó Dani.
Vanessa asintió y sonrió.
-Me la ha regalado él, por mi cumple.
-¿Cuándo fue? -preguntó Dani.
-Ayer, el diecinueve. -sonrió.
-Es verdad, me lo dijiste -dijo Dani.- Siento no haberte comprado nada...
-Nah, no te preocupes, de verdad -dijo ella restándole importancia.- No importa. Con esto me vale -dijo levantando la cámara.
-Sí que te ha gustado, sí -sonrió Álvaro.
-Además, ya me cantásteis cumpleaños feliz por teléfono, osea que...
Daniela rió.
-Al principio no sabía quiénes érais.
-¡Sí lo sabía! -exclamó Vanessa, ofendida.
-No mientas, Vane -rió Daniela- Cogió el teléfono, y empezásteis a cantar, tapó el micrófono y nos dijo a Sara y a mí: ¿Y estos quiénes son? -soltó una carcajada.
Todos se rieron, y Vanessa agachó la cabeza, avergonzada.
-Bueno, pues eso, que Vanessa y yo nos vamos, así que ir desalojando esto -dijo Blas.
Todos se levantaron y organizaron el salón. Después, cada uno se fue por su lado: Vanessa y Blas, David y Daniela, y Álvaro y Dani se fueron a sus respectivas casas.

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